6/1/12

MAÑANA DE REYES

Mañana de Reyes, amanecer calmo y con niebla, desde mi ventana emergen entre ella, como fantasmas, las agujas de la catedral , apuntando al cielo con sus majestuosas cupulas.
Como cada día me calzo mis botas y me dispongo a mi paseo mañanero , buscando a mi otro yo, el de las confidencias y las historias, el del intenso sabor a soledad e introspección.
Al salir observo los regalos bajo el arbol, me quedo mirandolos pero no me tientan y salgo de casa a buscar la mañana de Reyes.
Me sorprende la escasa actividad en las calles, la soledad me anima a hacer mi paseo callejeando entre las calles de la ciudad.

Mi ilusión de ver a los niños estrenando sus bicicletas, o sus patines en la calle, se ha desvanecido y los unicos infantes que veo jugando  estan como petrificados o distraidos en sus tiernos e infantiles escorzos amatorios , absortos en sus juegos e intimidades.
Voy estrenando las calles, heridas y sucias por los restos de la batalla nocturna de fiesta, cotillón o simplemente quedada alcoholera. Confeti viejo humedecido por la niebla y la escarcha, resto de botellas y vasos a medio vaciar.
Los mas madrugadores preparan sus tenderete del mercadillo, viernes de gangas. Han tomado el paseo como si de un asedio se tratase. Gritos de reclamo
    - Señora por cinco euros las novedades en lenceria.

    -Lo mas barato, lo mejor, caballero pantalones baratos. Que se los traen los reyes
Dejo el tumulto de comerciantes, furgonetas, hierros y tenderetes.Olor de apresto y ropa nueva, olor a cuero y sudores viejos.

Quiero resistirme a la influencia maligna que sobre mi ejerce el paseo de la Isla, pero no puedo. Su soledad a estas horas me atrae con fuerza inusitada.
Cruzo la pasarela que me traslada a la Isla y mientras paso me llama la atención un persona que en la boca del desague, esta recogiendo su saco de dormir y sus enseres con inmenso cuidado, como si se tratara de las mas delicadas galas, me quedo parado en medio del puente, observando al hombre relativamente joven, con barba de unos dias y de aspecto desaliñado.
Se me queda mirando y me dice:
     -Jefe, tiene un cigarrillo. Lo siento , no fumo, le respondi.
     -Esto es una joda ya casi nadie fuma, mucho ha madrugado. Su voz era potente y armoniosa, retumbaba en la mañana como un trueno.
     - ¿Has dormido en ese desagüe?, le pregunte.
     - A ver que remedio, hay que guarecerse  de la escarcha, si te escarchas te mueres de frio.
     - Pero eso es un desagüe, le digo, si llueve te arrastra al rio y te ahogas.
     - Eso no es un problema, peor son las ratas, si te muerden te joden. Y que tienes que espabilar que luego bajan con los perro, te huelen y se meter a husmear.
Me resultaba imposible marcharme sin invitarle a desayunar. Calcule mentalmente el dinero que podia llevar en la cartera y tenia suficiente para invitarle a un cafe y un pincho.
El acepto mi invitación, sin excesiva alegria, con mucha dignidad.
      - Asi me lavo un poco en el bar, no les gusta pero ....
Entramos en un bar del barrio cercano pedi dos cafes con leche, uno doble y un pincho de tortilla, que posiblemente llevase en el mostrador desde el dia anterior.
Mientras prepararon los cafes, Amadeo, que asi me dijo que se llamaba, bajó al servicio, donde se acicalo convenientemente.
Al subir me pareció mucho mas joven. Dio buena cuenta del pincho y me dijo que no pusiese su foto, que tenia cuentas pendientes.
Pague la consumición y observe que aun me quedaba dinero y le pedi al señor del mostrador que me pusiera en un trozo de pan el resto de tortilla y lo envolviese. Se lo di a Amadeo.
    - Toma, para luego
    - Gracias me dijo, mientras lo guardaba en uno de los bolsos de su atiborrada mochila
    - Tras un buen rato de conversación mientras se fumó unos cuantos cigarros y nos bebimos un par de moscateles, decidimos despedirnos. Me dijo que se dirigia a un pueblo cerca de Astudillo, a ver si un hermano que tenia alli, podia hacerse cargo.
Le puse en la mano el resto del dinero que me quedaba, despues de pagar los pinchos, el bocadillo un paquete de cigarros y los moscateles. Me dió verguenza no llevar mas efectivo.
Continuo mi paseo mañanero, me vuelvo a casa pensando en mi encuentro con Amadeo. De camino las colas en las churrerias me sorprenden, asi como en la confiteria de la calle Barrio Gimeno.
Los niños no estan en las calles jugando con sus patines o bicicletas, son epocas de video consolas y juegos electronicos, al calor del hogar, la calle no existe, es otro mundo, es el mundo de Amadeo y tantos mas.

Las vacias calles son como las entrañas de una sociedad increiblemente insolidaria, calor, algarabia y golgorio, risas de cristal y voces chillonas dentro de las casas. En la calle frio, niebla y personajes anónimos que se albergan de la escarcha que mata de frio, en lugubres cuevas plagadas de ratas. Y si viene la riada lo mismo este rio pasa cerca de Astudillo y alli me deja.
Amadeo va por ti, hoy los Reyes me han dejado el mejor regalo, tu talante y tu sonrisa y una lección que nunca olvidare.

No hay comentarios:

Publicar un comentario