14/10/14

He encontrado un chollo




En estos tiempos revueltos, donde la credibilidad es un factor primordial para poder entrar en política, algunos monicacos, al grito de “vengo a la política por vocación de servicio”, se montan en el dólar a costa de esta gestión.

Al principio pensaba que la alegría desbordada que demostraban nuestros políticos cuando ganaban las elecciones, era fruto de sus ansias por instaurar las bases ideológicas de sus programas políticos, obviamente buenos para sus miles de votantes.


Pero el tiempo me ha demostrado que esa alegría era solamente un grito sordo y silencioso de un “ HE PILLADO UN CHOLLO”. El chollo de mi vida.
Entrar en política hoy, es como el sueldo Nescafé para toda la vida, pero a lo bestia.

Nos han robado todos, políticos, empresarios, banqueros, sindicalistas, curas, tirios y troyanos. España ha sido, y es, un jardín perfectamente cultivado para la miseria y el egoísmo humano.

Ministr@s que reciben regalos millonarios de tramas de corrupción, sus parejas y familiares que se enriquecen en un estado de nepotismo total. Comunidades corrompidas en todos sus estamentos, estatales, autonómicos y 
 municipales.



Irresponsables ministr@s que se lavan las manos manchadas de sobres o tarjetas en negro cuando sobreviene una catástrofe. Sindicalistas que se pasan por el ojete la lucha obrera para dedicarse de lleno a la afananza. Ex presidentes y ex ministros que se colocan por no sabemos que méritos en las grandes empresas a las que antes han favorecido con leyes leoninas para el pueblo. Banqueros amparados por el gobierno que robas a mas no poder y llevan a la quiebra a los bancos que luego rescatamos con dinero de los ciudadanos a los que antes se nos ha recortado la sanidad, la educación, las pensiones. Miembros de la realeza que se ciscan en negocios sucios y que se enriquecen a costa de su rango social. Muy honorables presidentes autonómicos que se llevan hasta las farolas de los parques.


Enumerar todas la irregularidades precisaría de un libro gordo, muy gordo.
Estos sinvergüenzas que al grito de “Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”, como si todo el mundo dispusiera de una tarjeta en negro de Caja Madrid o Bankia, o como si todos tuviéramos sueldos mareantes como ellos.

Hoy los sinvergüenzas visten de Prada, se protegen con leyes y se reunes en un foro donde teóricamente se representa al pueblo. Ellos legislan para los tramposos y muchos se enriquecen de ello.

Son una plaga indigna y nefasta para un país que desde el principio de su historia soportó sobre sus hombres los dirigentes mas nefastos de la historia de la humanidad.

España es un chollo, para ellos.