1/11/11

OTOÑO EN BURGOS PASEO DE LA ISLA


Es día de difuntos y las campanas, tocan a muerto por la mañana.
La luz se tamiza entre las hojas de los árboles, confiriendo al paseo un brillo mágico que se agiganta al reflejarse en el suelo mojado.
Yedras trepando por las piedras henchidas de historia, el olor penetrante de la naturaleza que adormece el alma sumiéndola en un agradable letargo de glorioso bienestar.
Sinfonía del agua y de las hojas cayendo. Ocres,  amarillos y verdes,  colores que la naturaleza ha ido gestando entre el silencio de su digna timidez.
 
La lluvia fina, embellece el día y como un niño juego con  las  hojas caídas, mientras las que están por caer me miran con envidia del amante que persigue la felicidad de contentar los corazones.
Vastedad de tejos, olmos, castaños y al lado el rio como espectador silencioso y frio que discurre mansamente deslizándose de puntilla entre la maleza para no romper con su murmullo tanta belleza.
Remanso de paz eterno, de sueños de poesía naturaleza frágil que se renueva con gotitas de lluvia que la sacan los colores como a joven que se ruboriza, mientras sus tonos se esconden vivos entre los árboles y el rio

 
Otoño representado en un mágico lienzo de magno pintor, que dulcemente desliza sus pinceles pacientemente, de marrones, ocres y verdes siempre para dejar plasmado en el claro dia y enredado en el bosque de fantasía, una historia de gnomos y de princesas, caballeros andantes y brujas negras .
Por los rayos de sol que se adivinan, se matiza la luz entre millares de gotitas de lluvia fina que como lagrimas frias se pegan en mi rostro.
Entre los álamos, cedros, tejos y servales, matojos de boj, retama y rosales.
Es día de difuntos y las campanas, tocan a muerto por la mañana.

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