20/11/11

20N DEMOCRACIA YA




                        -Si he perdido la vida, el tiempo,
                        todo lo que tire como un anillo al agua.
                        Si he perdido la voz en la maleza,
                        me queda la palabra.
                        Si he sufrido la sed, el hambre,
                        todo lo que era mío y resulto ser nada.
                        Si he segado las sombras en silencio,
                        me queda la palabra.
                        Si abrí los ojos para ver el rostro
                        puro y terrible de mi patria.
                        Si abrí los labios hasta desgarrármelos,
                        me queda la palabra.
                                               Blas de Otero.

Hoy he decidido votar, he decidido hacerlo para que nada ni nadie me arrebate el mejor vehículo de libertad que poseo, la palabra.

Me siento abrumado, casi amedrentado por una situación donde la única victoria posible para los partidos progresistas, es que el PP no consiga la mayoría absoluta.
Supongo que mañana, una vez pasada la resaca electoral, mientras los ganadores se regodean en una victoria electoral, facilitada desde Alemania, los partidos progresistas, en vez de perder el tiempo lamiéndose las heridas, reflexionen y analicen fríamente y con objetividad, porque el pueblo les ha dado la espalda.
Por otro lado, la sombra de lo ocurrido en Grecia e Italia, donde se ha ignorado la voz de los ciudadanos, y se han impuesto gobiernos de tecnócratas, pro banqueros, me induce a quedarme en mi casa esta llorona mañana de Noviembre.
Quiero que me quede la palabra, que España y Europa hablen alemán como segundo idioma, pero nunca por una imposición de Merkel, que está consiguiendo que las empresas alemanas, obtengan préstamos a menos de la mitad de intereses que las del resto de Europa, haciéndose así más fuertes y competentes.
Quiero que me quede la palabra para poder decidir en los futuros gobiernos de España, para gritar contra las arbitrariedades y las injusticias, quiero mantener la voz para salir a las plazas a reclamar que sea escuchado el pueblo, para reprochar a los políticos su voracidad, su desinterés y su corrupción.
Voy a introducir mi voto en la urna, con la absoluta convicción de que nunca más mi voto será tan doloroso, lo introduciré  mientras reclamo pensando en los movimientos ciudadanos, pensando en una democracia real, pensando en políticos honestos, pensando en una nueva ley electoral.
Cuando suelte mi voto ya no habrá vuelta atrás, seré esclavo de mi decisión durante otros cuatro años, a no ser que los mercados nos intervengan.

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