14/11/11

REFLEXIONES DE UN PARADO


1.- No pasa nada               
Desde hace seis meses, Fernando estaba en el paro. Durante el primer mes se dedico a presentar curriculums en las empresas, por internet, por cualquier medio posible.
Su ilusión intacta, era buen profesional, con amplia experiencia y de una especialidad en la que había demanda de profesionales.
Poco a poco esa ilusión se fue acabando, nadie llamaba, nada en los periódicos, nada en las ETT. Parecía como si en este país, no existiera el trabajo.
Pasaba las mañanas, paseando por la alameda, junto con José Maria, su amigo de toda la vida, el llevaba ya tres años en paro y había perdido toda la esperanza de encontrar nada legal, algún trabajillo suelto y nada mas.
Fernando siempre pensó que José Maria era un superhombre, en su situación el no hubiera aguantado tanto. Sin embargo Chema lo llevaba bien, eso si la procesión por dentro. Cuantas veces rechazo una caña, alegando prisa. Cuantas veces fingía tener los ojos malos para convencerme de que la hinchazón de sus ojos solamente era una enfermedad y no una hartada a llorar. Cuantas veces había rehusado una invitación a comer en mi casa porque no podía llevar una botella de vino.
Aquella mañana José Maria estaba especialmente callado.
-         ¿Que te pasa Chema?
-         Nada importante, cosas de la vida.
Caminaba arrastrando las hojas de los chopos, amontonadas por el viento. Aquel día me pareció mas viejo, me dio la impresión de que en unos días la vida había atropellado a Chema.
Caminamos un buen rato en silencio, aquello era nuevo para mi. Nunca había silencio en nuestros paseos, siempre una conversación, algún tema del que discutir, algún cotilleo. Diálogos de gente desocupada que no tenia nada que hacer.
-         A mi no puedes engañarme Chema, algo pasa.
-         Estoy harto Fernando, estoy hasta los huevos de querer trabajar y no poder     hacerlo.
-         ¿ Que puedo decirte?, yo aun tengo la prestación y estoy ahogándome, así que tu.
-         Esto es mas gordo ......, Carlos vuelve a casa.
-         ¿Carlitos, coño lo trasladan por fin?
-         No, le pusieron  en la puta calle, viene a casa porque está en la puta calle.
-         ¿Le quedará prestación?
-         Nada, lleva si mas de 2 años, no dijo nada por no alarmarnos, el pensaba que encontraría algo pronto. Que voy a hacer ahora, otra boca mas en casa.
Me había quedado mudo, su profunda tristeza y su voz entrecortada por el sollozo, me había partido el corazón .
Continuamos andando en silencio. Yo no podía parar de pensar que ese era también mi destino. Pensaba que en poco tiempo todas mis ilusiones se esfumarían, que me resignaría a pasear en silencio y a sentir un odio infinito a los hijos de puta que de vez en cuando dicen eso de “que el que no trabaja es porque no quiere”.De ciscarme en la puta madre de los “mercados”. De mandar a tomar por el culo los partidos políticos y su mierda de política.
Caminaba en silencio sin sentir la presencia de Chema, solo pensaba en que mucha gente había delinquido por menos motivos, para la sociedad era una carga, una molestia.
Apunte en mi cerebro que el ultimo dinero que me quedase en mi ya mermada caja de resistencia, lo invertiré en comprarme una escopeta y una caja de munición.



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