18/10/11

ES OTOÑO




Por el insinuante camino de fantasía que el otoño teje, entre la hayas jóvenes que presumen de galanura. Por los intrincados recovecos de las viejas hayas cubiertas de verde musgo que apunta al norte, fantasía de colores verdes, ocres y rojos, como alfombra  tejida en mil fantasías que protegen nuestros pasos ya cansados de la larga caminata.
Contemplar y no parar, cuanta vida en la naturaleza muerta que descansa del verano, soportando la grandeza de  renuevo otoñal, para surgir con glorioso esplendor, la próxima primavera, que esto no es una huida, solo es una retirada ante el rigor del invierno.
Y entre paso y paso, nostalgia, grandeza, inmensidad. Donde las águilas anidan, los hombres se empequeñecen y la naturaleza puja.
Paso a paso, en silencio, con los sentidos despiertos para no perderme nada, sonidos, silencios, olores, matices, texturas.
Cada segundo me importa. Sumido en mis pensamientos, no existe la soledad, solo me importa el instante.
Camino pese al cansancio, camino de no acabar que me lleva a cualquier parte y que me llena de paz, paz que me alimenta el alma 
Y que me ayuda a afrontar las vicisitudes que cuando el camino acabe, seguro me he de encontrar

 
Hayas forradas de verde de tan puro que es el aire, de tan suave que es la luz, que matizada se adentra por el bosque mágico y enigmático, donde los elfos parecen saltar y las brujas en aquelarre sin fin preparan sus mágicos bebedizos.
Donde te esperan misterios a cada paso. Donde el otoño se adueña de mentes y voluntades, donde se nubla el sentido y la pasión de vivir te golpea en las sienes como torrente de vida.
Sueños de brumas, de magias y encantos, de brujas y de princesas.

Que no se acabe el camino, que nunca cese, que caminar esta senda es lo que quiero, confundirme en los mensajes de un mundo nuevo, donde no existe nada sino el silencio y los aromas y los recuerdos. Caminos del firmamento, hacia un hombre nuevo donde las soledades hacen meditar y pensar que nada eres.

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