1/4/12

SEMANA DE PASIÖN

En este país, amante de las tradiciones y católico a la fuerza, comienza la semana de pasión con una manifestación de triunfo y alegría, con la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.

Los vítores, aplauso y bienvenidas, giran bruscamente para dar paso a una historia de sangre y agonía, que acojona a propios y extraños.

Dado que la historia se repite cada año, deja de tener fondo y transfondo. 
Paganos de vacaciones, se cruzan en las calles con autenticas obras de arte que procesionan a hombros de católicos a tiempo parcial, subyugados por los ojos de su virgen o de la sangre de su cristo.


Pero esta vez todo cobra un tinte de realidad, de metáfora cruel.

La llegada triunfal del PP, con su sarta de mentiras al pueblo, con su piel de cordero que ocultaba su realidad de lobos. Sepulcros blanqueados, inmaculados  por fuera, pero llenos de miseria y corrupción por dentro.

Vítores y Hossanas en el balcón de la sede.

Inmediatamente, el pueblo cabreado se lanza a la calle, huelga general, sin tambores ni cornetas, si no con multitudinarias manifestaciones que le dicen al gobierno que esto no puede ser, que algo tiene que cambiar.

Es domingo de ramos, soleado y frió como las mañanas de primavera en esta bendita tierra de Burgos, frió que encoge el cuerpo pero no el espíritu. Espíritu que se reconforta con el olor a tomillo del bosque de la evolución y con la presencia de ánades y palomas en las veredas de un rió, herido casi de muerte por la falta de lluvias.


Ramos bendecidos para espantar los males y las brujas. Personajes con sayales y capas que pasean sus estandartes por la plaza de la ciudad, maltratada por las múltiples remodelaciones sufridas.

La mirada perpleja de Mercurio, vigilando la plaza, antes de ayer repleta de manifestantes que clamaban contra la reforma laboral y los recortes, hoy vacía  y solitaria, refugiandose en un pasado de gloria que contrasta con las tiendas cerradas y sucias.

Es domingo de ramos, en pocas horas las persianas chirriantes de los bares anunciaran que la vida desborda, que es tiempo de que los padres y los niños se lancen a las calles con ramos y palmas.

No olvidemos que tras ello comienza la pasión de los recortes , que la luz sube un siete por ciento y que el futuro nuestro y de nuestros hijos esta hipotecado por una Europa que mingunea al gobierno. Gobierno fariseo y mentiroso, que al contrario que Jesús se rodea de los estafadores y defraudadores beneficiándoles y aparta y machaca a los débiles y dependientes.


España adormecida por el opio de la religión, permite que la Vírgenes y los Cristos tomen las calles, donde las brujas se disfrazan de reinas y lucen mantillas y peinetas, donde trasnochados sentires y poderes se ocultan detrás de los capirotes. Auto de fe anacrónico que sobrevive a los siglos de ocultismo y brujería.
Mi Burgos del alma, castigado y silencioso de anchas espalda de paganos, pechadas y tributos, de sangre caliente y corazón recio.

Burgos de fe eterna pero de grandes sudores que siempre supo compartir la resignación con la religión y con la voluntad de Dios, Burgos de grandes virtudes e innumerables defectos.


No puedo con este Burgos ocupado por nostálgicas promesas de pasión y me refugio en mi rincón favorito, donde ni las brujas ni los fantasmas de capirote y hachón me puedan alcanzar, donde el agua me mece y tranquiliza con su monocorde sonido del chorro plateado rompiendo contra las aguas de su pilón. Fuente colonial envuelta en sombra de cipreses, tejos y enebros.

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