21/3/12

Asesinato en la catedral

En la madrugada del 29 al 30 de Septiembre de 1868, es secundado en Burgos el pronunciamiento revolucionario conocido como "La Gloriosa", la  cual puso fin a la era Isabelina.

El cambio politico en Burgos, se produjo con relativa tranquilidad, recayendo en Justo Casabal la dirección del ayuntamiento Burgales.


Las formas liberales y anticlericales del nuevo gobierno, llevaron a un clima de crispación las realciones con la iglesia, debido a la pretensión del estado de la libertad de culto y de la incautación por el estado de todos los archivos y bibliotecas eclesiasticas.

Para la ejecución de la incautación  fué elegido Manuel Ruiz Zorrilla; esta incautación deberia ser sorpresiva y de una sola vez.
Zorrilla ordeno a los gobernadores civiles que el dia anterior al cumplimiento del cecreto, se procediera a inventariar los bienes de todos los templos, tratando de evitar de esta manera que los eclesiasticos se enteraran de los hechos.

Isidoro Gutierrez de Castro, era el gobernador civil de Burgos y por tanto la autoridad destinada a hacer cumplir el Decreto.
Una posible filtración de la noticia puso en alerta a los clerigos, los cuales se apresuraron a poner a buen recaudo los mas valiosos ejemplares y a enfervorizar a la muchedumbre contra la acción del gobierno.
Cuando Isidoro Gutierrez se persono en la catedral y atravesó el claustro, se encontró con una masa trabajada por los eclesiasticos que proferia gritos de muerte contra el gobernador.

Poco despues esta masa se abalanzo inundando el claustro y empezaron a zarandear al gobernador. La masa enfurecida arrecio los golpes hasta que el gobernador fué linchado, sacado arrastras por la puerta del Sarmental, donde segun se dice, incluso le cortaron las orejas.
¿Por que no se cerraron las puertas como habia ordenado el inspector de seguridad?.
La reacción a este suceso que conmovio a todo el pais no se hizo esperar, si bien parecia clara la participación de la iglesia  en ese "horrendo y sacrilego crimen", como asi lo demuestra la detención del dean y varios canonigos, que posteriormente fueron exculpados; si se juzgo a unas cuantas personas, la mayor parte de ellos humildes jornaleros y analfabetos.
La cobardia del gobierno, procedió a olvidar el caso y retirar el decreto origen del linchamiento.
Una vez mas la jerarquia de la iglesia se salia con la suya, enterrando los hechos con una ceremonia de purificación de la catedral.

1 comentario:

  1. Es una lástima que no haya ningún monumento, calle, Colegio o Universidad con el nombre de este mártir asesinado. Isidoro Gutiérrez de Castro, un padre de la patria, tendría en cualquier medianamente culto hasta una cátedra. Pero esto es todavía la España del "Nacional-Catolicismo".

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