16/12/12

Burgos, daños colaterales

Por la orilla del rió contemplo los chopos totalmente amarillentos, soltando sus lágrimas sobre la ribera y desprendiéndose de las ultimas hojas que el extinto otoño les ha dejado.
Asoma la cabeza Diciembre y los sonidos se mezclan, "el cuponazo de la ONCE", vocea el vendedor en la puerta de Santa María, mientras el sonido del teclado de Tuco ameniza como cada año la entrada al torreón donde se muestra laexposición de Ignacio del Rio, ambos como el turrón vuelven cada Navidad.

Las luces de la ciudad delatan la niebla fría que está apoderándose de la noche, mientras el aroma y el ruido de las castañas al ser removidas, reverdecen recuerdos de la infancia dormida entre los carrizos de los años.
La calle se inunda de aromas de rosquilla y queso, de chocolate caliente y velas aromáticas. Villancicos y luces intermitentes que desgranan Navidad a la sombra de la Catedral.
Mercadillo y frió se mezclan aglutinando la esencia de un Burgos cortado por el viento norte y por la novedad que cada año saca a la calle las viandas del yantar y los regalos que los artesanos ponen a la vista de los ateridos visitantes.
Lain Calvo se remueve al vertiginoso ritmo de la gente y el "perro-flauta" afincado en esta zona, que a modo de venerable himno hace un giro a su flauta y se arranca con "a las barricadas", poco propia para la flauta pero totalmente reconocible.


Burgos melancólico y sencillo, donde se disfruta y se sufre su silencio y su frió, Burgos mojigato y beato, donde solo se arremolina la gente a la salida de misa en San Lorenzo y San Lesmes y poco rato que el frió arrecia.
Es menester salir a la calle a buscar clientes a los que se ofrece chocolate con churros por dos euros, o pinchos variados y baratos " allá detrás, en las Llanas".
Poca animación, es el frió y los daños colaterales de la crisis, es el hijoputa el paro que acojona mas que el frio .
Hay un nuevo vecino en el Espolón, al menos así lo denuncia el colchón y las mantas que han ocupado el pequeño porche al lado de la farmacia. Y el Morito, corito, pero diligente para dar las campanadas cada cuarto, cada media y cada hora, con este frió va a coger un pasmo.
Comerciantes amigos comentan la situación y se lamentan de su desdicha. Esto esta muy flojo, la gente pasea y mira pero no consume, ¡ puta crisis ¡.
La Plaza mayor, la roja plaza mayor presidida  por Carlos III , el rey que decreto la expulsión de los Jesuitas, la plaza roja hecha un asco permanentemente, donde todo Dios tropieza.No por ello deja de acoger el mercadillo, la noria y los caballitos que a la sombra del ayuntamiento ameniza las tardes de los mas pequeños.


Me cala esta ciudad hasta lo mas profundo, maravillosa y aburrida, tranquila y arisca, puta y monja a la vez.Burgos inmensa y enana, nadie puede permanecer ajeno a sus encantos.
Esta ciudad de amigos y colegas , donde todos se conocen y saludan. Tiendas solidas de antaño que celebran la llegadas de nuevos emprendedores y que ahora ven sus comercios vacíos y en precario.
El frió encoge y la crisis recoge, lo uno con lo otro y el miedo de por medio, hace que la gente recia que nunca tuvo miedo del frió, se quede en su casa al abrigo.
Todo está en la calle, la vida, la gente, las luces. Todo adquiere un caracter especial, distinto. nadie parece preocuparse de nada, solo de disfrutar y vivir.
 Pero todo esta en la calle, el paro, la miseria, la necesidad y la riqueza; contrastes extraños que comparten inexplicablemente las mismas calles, las mismas ciudades.


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