6/8/12

RESPETO AL ARTE

Pocas cosas hay en este mundo que me resulte mas respetable que el arte. Sin cuestionarme si es bueno o malo, si me gusta o no; el arte que se exhibe en la calle merece un respeto porque es la expresión de un artista que presenta a nuestros ojos su obra.
Pues bien, me voy a referir en concreto a dos de estos exponentes del arte urbano en Burgos: el peregrino de la plaza San Fernando y el cráneo de Miguelon en el paseo de la evolución.
Me cansa, me aburre ver como montones de niños, vigilados por sus padres, utilizan estas estatuas a modo de diversión de parque infantil, subiéndose encima, pisándolos y columpiandose una y otra vez e incluso utilizarla de pizarra.
Puedo parecer un poco intolerante y la verdad que lo siento, pienso que los niños tienen que jugar, pero en los sitios adecuados;
 tampoco quiero cargar las tintas sobre ellos, ya que es instintivo y casi inevitable que ellos traten de utilizar todo para divertirse. Pero esto no hace mas que culpar de esta barbara conducta a sus irresponsables, cachazas y mal educados padres, que viéndoles ejercer estas actividades incivicas, son incapaces de llamarles la atención y educarles en el amor y el respeto al arte.
Voy a referirme a un hecho que me sonrojo de manera especial; tres tiernos infantes procedían a subirse en el brazo del peregrino y a columpiarse en su bordón. Uno de ellos , el mas mayor se ponía encima de su cabeza y saltaba al suelo, con el riesgo de hacerse daño, o hacérselo a alguna de las personas que por allí paseaban.
Sus madres, sentadas en la terraza de una de las cafeterías de la plaza, observaban a sus "vandalitos" sin inmutarse, por lo que llegue a la conclusión de que estas conductas eran normales en estos niños.
Al cabo de un rato, llego un peregrino y les rogó a los niños que se retirasen que quería hacer una foto con el peregrino y la catedral al fondo; uno de los cabroncetes, fue corriendo a decirle no se que a su madre y oh milagro, esta salio como un resorte a increpar a un peregrino que solo quería una foto sin el careto de su niño.

Creo que estamos pecando de gilipollas en la educación de nuestros hijos, no vale todo, no podemos dejarlos hacer lo que quieran solamente para que nos dejen en paz y no molesten. Es necesario que les eduquemos en el respeto a los elementos que hacen nuestras ciudades mas atractivas y humanas, es necesario que sepan distinguir entre el trabajo de un artista y el tobogan del parque.
Las vicisitudes del cráneo de Miguelon, son similares, los huecos de la estructura se utilizan para que los niños trepen y se suban a la cima, con grave riesgo de caerse. Su interior es utilizado para mear por alguno de estos angelitos, en ocasiones puestos allí por sus papas para este menester.
Tengo fotos de estos hechos, muchas y variadas, pero no puedo ponerlas ya que se les ve perfectamente la cara a estos pequeños maleducados que amparados por sus papas, son capaces de las peores tropelias.
Me pregunto que pasará el día que un niño se caiga y se haga realmente daño, ¿demandaran sus padres al ayuntamiento? o se dedicaran a llamarse a si mismo gilipollas durante el mes siguiente.

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