12/7/12

II .- PARTIDO DE FUTBOL


(de mi libro "mi barrio")

Los partidos de mi infancia, eran un tanto peculiares, si bien era la única manera de jugar al fútbol. Ya que ahora mismo, un partido de los de entonces, pudiera no ser entendido, paso a enumerar las diferentes zonas, elementos y fases del juego.
El terreno de juego, era generalmente un descampado o una era cercana al barrio, algunas veces con caseta de aperos incluida, cuyas paredes exteriores servían de improvisados vestuarios .
Las porterías se confeccionaban con piedras, o con las carteras del colegio a modo de base de imaginarios postes, lo cual, era fuente de continuas disputas, ya que era imposible demostrar si un balón  había entrado a gol, por considerarlo alto o fuera.
Alto, dependía de la altura del portero, ya que si este no llegaba al balón saltando, se consideraba alto. Nueva fuente de conflictos ya que era imposible demostrar si el portero había saltado lo suficiente o no .
Era norma habitual que el puesto de arbitro, lo ocupara el menos dotado para la practica del fútbol, que casi siempre coincidía con el que ponía los discos en los guateques. En la mayoría de ocasiones, los partidos se jugaban sin arbitro, por no encontrar voluntarios al sacrificio dispuestos a acometer tan gran empresa y a asumir tan gran  responsabilidad.Mas bien por no estar dispuesto a llevarse dos collejas de parte de los perdedores.
Estos partidos sin arbitro eran generalmente mas polémicos y difíciles que los otros, ya que solían terminar resolviendo las dudas a bofetadas o a favor de los mas “ gallitos “. Aquello era realmente fútbol fuerza, “para que vamos a perder el tiempo hablando, pudiéndonos dar de hostias”.
Normalmente las alineaciones, se confeccionaban por sorteo del tipo “ hecho montecho..... monta y cabe “, quien así concluía, se otorgaba el privilegio de elegir en primer lugar, lo que suponía elegir al mejor jugador para tu equipo. Este sorteo, se realizaba por los dos jugadores que tenían mas prestigio en la “ pandilla “. Ambos se separaban unos metros e iban colocando un pie delante de otro , a la voz de hecho, contestaba el contrario montecho, a la vez que ponía el pie delante del otro. Así, se iban acercando, hasta que uno de los dos podía poner el pie montando en su zapato y en el del rival, cantando “ monta “ y girando el pie lo metía entre los dos, cantando “ cabe “.
Ser elegido el primero , suponía un reconocimiento de tus cualidades futbolísticas. Contrariamente los últimos eran considerados, de relleno . Generalmente los mas negados de cara al gol.
Era un sueño que alguno de los jugadores dispusiera de un reloj para controlar el tiempo de juego , regalo sumamente preciado, que solo algunos privilegiados recibían el día de su primera comunión. Este hecho, condicionaba la duración de los partidos, ya que solían jugarse a un número determinado de goles, haciendo que se prolongaran eternamente algunos partidos, dado que las continuas disputas por la validez de los goles llegaba a provocar, incluso, peleas.
Por el contrario, cuando los equipos estaban tan descompensados, que se hacían fácilmente los goles, se otorgaba al contrario, inmediatamente la revancha.
Los individuos, que tenían habilidades excepcionales, eran especialistas. Estos eran fundamentalmente porteros, lanzadores de penaltis, regateadores, etc.
Un buen portero, por ejemplo, era un bien muy preciado, ya que además de escasear, no les gustaba jugar en este puesto.
Los lanzadores de penaltis, raramente podían lucirse en su especialidad, ya que existía la costumbre , que si se producía una mano en el área (esta siempre imaginaria ), al grito de “ mano penalti la pido “, convertía al autor del grito en el lanzador de la pena máxima . Este derecho se veía solamente perturbado por el hecho, de que el dueño del balón,  haciendo valer derechos mas contundentes, se plantase diciendo “ o tiro el penalti o me llevo el balón “ , argumento este, contundente e incontestable.
¿ Seria este el motivo por el cual, todos los muchachos de entonces,  considerábamos el mejor regalo y el bien mas preciado, un balón de “reglamento”. Esta calificativo diferenciaba claramente entre los de goma , considerando poco aptos para la practica seria de este deporte, y los de cuero cosido, los cuales si daban categoría al evento.








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