25/6/13

CaPPitalismo

Cuando en Mayo de 1968, las llamas envolvían la bolsa de París y los manifestantes revolucionarios asaltaban el templo del capitalismo, todo parecía indicar que el sistema capitalista llegaba a su final. Nada mas lejos de la realidad.


El capitalismo ha sobrevivido gracias a su habilidad para convencer a los proletarios que son auténticos ciudadanos y excelentes consumidores, participes de una nueva burguesía autodenominada "clase media".

Galbraith en sus obra, señala que las grandes empresas han desplazado a las pequeñas o negocios de carácter familar, y, como consecuencia, los modelos de competencia perfecta no pueden ser aplicados en la economía.
Contrasta la opulencia del sector privado con la avaricia ejercida sobre el sector público. Que las grandes corporaciones, dominan el mercado, como resultado de su gran crecimiento productivo y el nivel en sus operaciones, que les permite controlar sus mercados.
Nos previene del peligro de "pobreza publica, riqueza privada", es decir que se margine a los mas pobres, arrastrándoles a la pobreza, descuidando las infraestructuras y los servicios, educacion y sanidad, mientras la riqueza privada crece en círculos muy reducidos y selectos.

No estamos en 1950, pero el capitalismo tras unos años de dormir profundamente el letargo del poder y la riqueza, a vuelto a señalar quienes deben ser sacrificados para seguir engordando a las grandes castas nacidas de la "voluntad popular", a través de democracias imperfectas y adulteradas.

Con el voto no cambiamos nada

Atrás quedaron los grandes inventos que revolucionaron la industria, la maquina de vapor o los telares automáticos y que crearon desarrollo y una autentica competencia mortal entre artesanía e industria.

Lejos  quedaron las " casas de los pobres", especies de asilos que bajo la apariencia de prestar ayuda a indigentes y necesitados, entregaban a los niños sometidos a su custodia a las fabricas, a cambio de sueldos de miseria.

Nos hicieron concebir sueños de mejora, de servicios mejores, de posibilidades de salir del circulo de proletarios y de que trabajando duro , nuestros hijos podrían ir a las universidades publicas, disfrutar de infraestructuras millonarias pagadas con dinero de todos. Nos llenaron la cabeza de pisos en propiedad, de AVE y autopistas de sueldos millonarios, de planes de pensiones de igualdad y democracia.


Nos creímos el cuento y fuimos hacia una transición que mas adelante descubrimos que fue una nueva maniobra del capitalismo voraz para hacernos creer que eramos los soberanos , que la democracia nos consagraba como los auténticos protagonistas de la nueva España, que habíamos vivido, erróneamente en una dictadura lamentable.

Se multiplicaron los créditos, las oportunidades, las ventajas del nuevo concepto de estado. Crecieron los partidos políticos plurales, medraron los sindicatos Las familias aportaban dos sueldos a casa de tal manera que se podía acceder a una vivienda y seguir disfrutando de la vida.

Ahora eramos europeos, todos teníamos posibilidades de acudir a la universidad y de tener una segunda vivienda en primera linea de playa. Eramos ciudadanos consumidores. Fieles esclavos del capitalismo.

La crisis ha dejado al descubierto que todo fue un periodo de tranquilidad entre zarpazo y zarpazo del capitalismo, se ha hecho visible una justicia hecha a medida de la elite dominante, políticos, banqueros y monarquía. Se ha desnudado la idílica relación entre las elites y la corrupción.

En la época socialista, donde estallaron los escándalos, de Filesa  en noviembre de 1992, en abril de 1994, el exdirector de la Guardia Civil, Luis Roldan, es acusado de fraude fiscal y enriquecimiento ilícito, En diciembre de 1994, dos ex policías, el subcomisario José Amedo y el inspector Michel Domínguez, acusan al gobierno de haber organizado los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL),
Estos acontecimientos dejaron en entredicho la opción socialista, dio paso a la etapa Aznar, quien al verse legitimado para seguir una política de enriquecimiento, se rodeo de los cachorros de Fraga para gobernar el país. Aquellos jóvenes buitres se fuero preparando para el zarpazo definitivo a la sociedad del bienestar, apenas vieron la disculpa de la crisis.

Hoy los parados crecen exponencialmente, los trabajadores pierden derechos y se pelean por conseguir un sueldo en régimen de esclavitud por 500 euros, la sanidad publica se desmorona y se pone en manos de empresas privadas, regentadas por políticos, expoliticos o familiares de políticos. La educación publica se destruye en beneficio de la escuela privada en manos mayoritariamente de la iglesia católica, fiel colaboradora del gobierno del PP en la gestión de la crisis.
La justicia se difumina en una nebulosa de miedo y pleitesía al poder y se acojona y expedienta a los jueces que se atreven a encarcelas a los poderosos.
La monarquía se cisca en las palabras del rey de que la justicia es igual para todos y beneficia y protege escandalosamente a sus miembros.
Los banqueros engañan, mienten y roban a los ahorradores que confiados en ellos, compren preferentes envenenadas que mermaran sus ahorros en beneficio de la banca.
La ley de Dependencia se dinamita dejando a los mas débiles desamparados, estigmatizados por las políticas neoliberales que solo ven en ellos un gasto inútil.
Todo esto que parecía impensable, ha venido a España de mano de un gobierno del PP, cuyos componentes presumen de sabelotodo, de nuevos ricos que todo lo pueden, que nos piden sacrificios y nos machacan mientras ellos se enriquecen, se regalan con dinero publico y ejercen descaradamente el nepotismo. Su único objetivo parece ser, salir de la crisis, mas ricos, mas poderosos y con el mayor numero de familiares cobrando suculentos sueldos publico.
Mientras los de a pie, somos considerados daños colaterales, seremos la sangre de las vírgenes ofrecidas a los dioses del capitalismo.

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