30/4/15

Botón

Botón era un gato callejero que por casualidad se ha colado en mi vida. Jamas me había  planteado tener una mascota en casa, pero esta demostrado que en esta vida no se puede negar nada categóricamente.

Llego a mi vida en circunstancias nada agradables hace ya dos años y a pesar de mi resistencia fue haciéndose el "puto amo" de la casa y de mi corazón, desde entonces mi punto de vista con respecto a los animales ha cambiado considerablemente.

Cuando mi hijo se hizo cargo de el, era menudo y estaba terriblemente desnutrido y lleno de parásitos intestinales que amenazaban su progreso y su vida. Su mirada lánguida , sus lastimeros maullidos y sus enormes ojazos, fueron sin duda las armas que este pequeño diablo utilizó para conmovernos

Hoy gracias a múltiples cuidados y muchísimo cariño,  es un gato fuerte y sano que hace nuestras delicias y convive con nosotros.

Desde que Botón está en casa, todo ha cambiado, los sofás ha habido que cubrirles con una tela, y sentarse en ellos es una concesión que solo de vez en cuando nos hace. El sabe que es quien manda y que todo gira alrededor de el.


Yo me crié en un barrio donde los animales eran presas y victimas de las iras de los muchachos, ahora el karma me reeduca con este diablo que me despierta cuando quiere, me incita a perseguirle por la casa y a jugar cuando tiene ganas. Llena mi ropa de pelos, se me tumba encima del periódico y necesito pedirle permiso para pasar la hoja.

Todo se lo perdono porque cuando vuelves a casa, siempre está esperándote. Me rodea y se restrega acompasando su caminar al mio con su rabo tieso.

Cuando todos se van, nunca estas solo, el está allí, a tu lado,  silencioso. Mirándote con sus enormes ojos como tratando de adivinar que demonios estas pensando, en esos momento sabes que estas unido a el de una manera especial.


El es el que me acompaña cada mañana a asearme y a desayunar antes de irme a trabajar, me da animo y me exige que ponga su fuente en marcha.

Cada mañana y cuando intuye que es la hora de marcharme, se retira discretamente a su tubo de esconderse y se queda con su cuello estirado reclamando una caricia de despedida.

La caída de la tarde es momento para cazar, perseguir presas imaginarias que acaban siempre en sus garras, regodeándose en la victoria. Tras esta actividad frenética se tumba en su alfombra y a mi me deja agotado en el sofá que ahora si me deja utilizar.

Botón no es un gato común, tal vez no viene de una raza noble, pero me llena el corazón y me da alegría,por eso Botón es uno mas de la familia, por cierto nada común.



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