En estos tiempos revueltos, donde la credibilidad es un
factor primordial para poder entrar en política, algunos monicacos, al grito de
“vengo a la política por vocación de servicio”, se montan en el dólar a costa
de esta gestión.
Al principio pensaba que la alegría desbordada que
demostraban nuestros políticos cuando ganaban las elecciones, era fruto de sus
ansias por instaurar las bases ideológicas de sus programas políticos,
obviamente buenos para sus miles de votantes.
Pero el tiempo me ha demostrado que esa alegría era
solamente un grito sordo y silencioso de un “ HE PILLADO UN CHOLLO”. El chollo
de mi vida.
Entrar en política hoy, es como el sueldo Nescafé para toda
la vida, pero a lo bestia.
Nos han robado todos, políticos, empresarios, banqueros,
sindicalistas, curas, tirios y troyanos. España ha sido, y es, un jardín
perfectamente cultivado para la miseria y el egoísmo humano.
Ministr@s que reciben regalos
millonarios de tramas de corrupción, sus parejas y familiares que se enriquecen
en un estado de nepotismo total. Comunidades corrompidas en todos sus
estamentos, estatales, autonómicos y
municipales.
Irresponsables ministr@s que
se lavan las manos manchadas de sobres o tarjetas en negro cuando sobreviene
una catástrofe. Sindicalistas que se pasan por el ojete la lucha obrera para
dedicarse de lleno a la afananza. Ex presidentes y ex ministros que se colocan
por no sabemos que méritos en las grandes empresas a las que antes han
favorecido con leyes leoninas para el pueblo. Banqueros amparados por el
gobierno que robas a mas no poder y llevan a la quiebra a los bancos que luego
rescatamos con dinero de los ciudadanos a los que antes se nos ha recortado la
sanidad, la educación, las pensiones. Miembros de la realeza que se ciscan en
negocios sucios y que se enriquecen a costa de su rango social. Muy honorables
presidentes autonómicos que se llevan hasta las farolas de los parques.
Enumerar todas la irregularidades precisaría de un libro
gordo, muy gordo.
Estos sinvergüenzas que al grito de “Hemos vivido por encima
de nuestras posibilidades”, como si todo el mundo dispusiera de una tarjeta en
negro de Caja Madrid o Bankia, o como si todos tuviéramos sueldos mareantes
como ellos.
Hoy los sinvergüenzas visten de Prada, se protegen con leyes
y se reunes en un foro donde teóricamente se representa al pueblo. Ellos
legislan para los tramposos y muchos se enriquecen de ello.
Son una plaga indigna y nefasta para un país que desde el
principio de su historia soportó sobre sus hombres los dirigentes mas nefastos
de la historia de la humanidad.
España es un chollo, para ellos.