10/2/13

JUANA I DE CASTILLA


La historia nos conmueve alguna veces, mas con sus claros- oscuros acontecimientos, distorsionados y engrandecidos por las leyendas, que por los acontecimientos datados y registrados.
Una de estas leyendas, conmovedora y algunas veces tétrica, es la locura de la Reina Juana I de Castilla, mas conocida por Juana la Loca.


JUANA I REINA DE CASTILLA
 Hija de los Reyes Católicos, Juana era una mujer educada para ser consorte de rey. Culta y refinada abandona España para conocer a su futuro marido Felipe el Hermoso. Este viaje a Flandes, su clima lluvioso y la despreocupación por su futuro consorte, que no fue a su encuentro hasta pasados tres meses, sumieron a Juana en una profunda depresión , sumiéndola en un mundo paralelo donde los fantasmas y las sombras rememoraron viejas enfermedades mentales.
A pesar de todo, el encuentro físico entre Juana y Felipe fue un autentico flechazo.

Tras una estancia en Flandes nada agradable para Juana, vuelve a España en 1506 entre la intriga de su padre que trataba de incapacitarla y su propio marido que trataba de convertirla en una marioneta en beneficio de sus propios intereses.

Cinco meses después de que Felipe  regresara a España, fallece en Burgos tras una breve enfermedad que duró una semana. El rey falleció el 25 de Septiembre de 1506, a los 28 años, en la casa del condestable de Castilla, conocida como casa del cordón.
FELIPE I EL HERMOSO

El misterio de la muerte de Felipe se pierde entre la bruma de la historia. Unos afirman que se debió a la ingesta de un vaso de agua fría tras un partido de pelota, otros apuntan al veneno y otros a la pandemia de peste que asolaba Castilla, hecho este poco probable, ya que nadie mas a su alrededor se vio afectado por la misma.

Intrigas palaciegas que dan a esta historia un motivo mas para el misterio, la leyenda y  la patina de cuento que rodea toda este relato de celos, amor y luchas de poder.

CASA DEL CORDÓN
 Mientras estuvo enfermo, la reina Juana no se separó de su lado. Sumida en un profundo dolor supo mantener su compostura de reina y no derramo una sola lágrima.
Dicen que a Felipe le sacaron el corazón y fue enviado a Flandes, para depositarlo junto a las cenizas de su madre, María de Borgoña. Su cuerpo fue enterrado momentaneamente en la Cartuja de Miraflores hasta su traslado a Granada donde el dejo testado que
quería ser enterrado.

El cadáver fue conducido a la Cartuja de Miraflores, donde la reina realizó continuas visitas, para comprobar que se celebraban los actos propios al funeral y para cerciorarse de que continuaba allí el cadáver de su amado, hasta el punto de ordenar abrir el féretro obligando a algunos cortesanos a reconocer el cadáver.
Posteriormente la reina dispuso el traslado del cadáver a Granada. Para ello preparo un carruaje tirado por cuatro caballos Frisios y entrada la noche emprendió el viaje.


SAN BRUNO

Comienza de esta forma el loco cortejo fúnebre, ante el asombro de todo el mundo. El día 20 de Diciembre se pone en marcha , de noche ."Una mujer honesta debe ocultarse de la luz del día, cuando ha perdido el sol de su vida". El esperpento se consuma por la estepa castellana en un invierno de noches frías e inclementes. Siguiendo el curso del rió Arlanzón  hasta Torquemada.
Cuatro meses permanecio el cortejo en Torquemada, donde los cortesanos y la propia iglesia se pusieron negros a causa del humo que desprendían la cantidad de velas que se consumian en los ritos funerarios.
Los celos de la loca reina llegaron hasta el extremo de que al llegar al monasterio de Santa María de Escobar, mandó acampar fuera del monasterio y se negó a entrar al constatar que se trataba de una  comunidad  femenina " no le gustaba el trato con nadie y menos con mujeres, a las que odia y aparta de si, como hacia en vida de su marido".
Siete meses después de fallecer, Felipe I , seguía tan vivo como cuando fue coronado.
Su padre Fernando, tratando de hacer entrar en razones a Juana busca una solución de urgencia instalando a su hija y a los restos de Felipe en Arcos de la Llana, donde permanece hasta febrero de 1509.
El 14 de febrero 1509 , Fernando ordena a su hija el traslado a Tordesillas. Durante once días viajo la reina con el omnipresente féretro, hasta alcanzar la villa de Renedo, mientras se adecuaba el palacio de Tordesillas.
El 24 de marzo, la comitiva fúnebre entra por la puerta del Mercado en Tordesilla, completando así el traslado. Allí permanecerá Juana entre el abandono y el olvido de su padre Fernando y de su hijo Carlos Acompañada de su hija Catalina, sufrió el encierro en el hermoso palacio, hasta que ante su insistencia por querer salir se tapiaron puertas y ventanas, prohibiendola salir de sus aposentos. Sometida a estrecha vigilancia e incluso a maltratos físicos.
Juana estaba enferma, pero seguía siendo la reina legítima de España, por ello trataron de utilizarla y esconderla para que nadie la utilizara como bandera contra la codicia expansionista de Carlos I.
A pesar de todo, Juana se convirtió en la reina del movimiento comunero.