20/9/13

El patio de Monipodio

Poner a la zorra a cuidar las gallinas
es igual que un partido corrupto y ruin
plantee una ley de transparencia.
 
El patio de Monipodio que nos representa Cervantes, es el refugio de la mafia sevillana. Monipodio  representa el poder, el control de la autoridad, la posibilidad de ganarse la vida "honradamente". El autoriza y reparte el trabajo, les oculta y protege de la acción de la justicia, pero siempre bajo una apariencia de beato honrado y cabal.

El patio de Monipodio "un pequeño patio ladrillado, y de puro limpio y aljimifrado parecía que vertía carmín de lo más fino. ". Buena presencia, quietud y sosiego, pero dentro se reunen todos los ladrones callejeros.

Si curioso es el sitio, mas lo son sus elementos decorativos:" Al un lado estaba un banco de tres pies y al otro un cántaro desbocado con un jarrillo encima, no menos falto que el cántaro; a otra parte estaba una estera de enea, y en el medio un tiesto, que en Sevilla llaman maceta, de albahaca., dos espadas de esgrima y dos broqueles de corcho, pendientes de cuatro clavos, y una arca grande sin tapa ni cosa que la cubriese, y otras tres esteras de enea tendidas por el suelo. En la pared frontera estaba pegada a la pared una imagen de Nuestra Señora, destas de mala estampa, y más abajo pendía una esportilla de palma, y, encajada en la pared, una almofía blanca, por do coligió Rincón que la esportilla servía de cepo para limosna, y la almofía de tener agua bendita, y así era la verdad.



La maceta de Albahaca confiere al lugar un carácter de templo, no en vano  en la India se encuentran en los templos,y en la mayoría de los hogares  y en los patios. En el hinduismo, la albahaca sagrada es venerada como la encarnación de Lakshimi, la esposa de Vishnu y una de las deidades más importantes de la religión.

No podía faltar la imagen de nuestra señora, realzando la estancia como el templo de la rapiña , el engaño, la trapaceria .

Hace mucho tiempo que había leído Rinconete y Cortadillo y la imagen de este patio como un "sepulcro blanqueado", siempre me quedo grabado.
Con el paso del tiempo , la imagen del patio de Monipodio me recuerda la guarida de nuestros políticos, donde tras un aspecto de templo, se reparten beneficios y trabajos, dignidades y privilegios.

Si curiosos son sus enseres , también lo son sus moradores " entraron en la casa dos mozos de hasta veinte años cada uno, vestidos de estudiantes; y de allí a poco, dos de la esportilla y un ciego. No tardó mucho, cuando entraron dos viejos de bayeta, con antojos que los hacían graves y dignos de ser respectados, con sendos rosarios de sonadoras cuentas en las manos. Tras ellos entró una vieja halduda, y, sin decir nada, se fue a la sala; y, habiendo tomado agua bendita, con grandísima devoción se puso de rodillas ante la imagen, y, a cabo de una buena pieza, habiendo primero besado tres veces el suelo y levantados los brazos y los ojos al cielo otras tantas, se levantó y echó su limosna en la esportilla.


Llegaron también de los postreros dos bravos y bizarros mozos, de bigotes largos, sombreros de grande falda, cuellos a la valona, medias de color, ligas de gran balumba, espadas de más de marca, sendos pistoletes cada uno en lugar de dagas, y sus broqueles pendientes de la pretina".

Personajes beatos, siniestros y de gran variedad, pero con un interés común, robar para Monipodio y obtener sus migajas y sus favores.

Fuera del patio todo es confuso, la gente robada no puede recurrir a la justicia porque esta depende de Monipodio, quien la controla y maneja: "El alguacil de los vagabundos viene encaminado a esta casa, pero no trae consigo gurullada.
-Nadie se alborote -dijo Monipodio-, que es amigo y nunca viene por nuestro daño. Sosiéguense, que yo le saldré a hablar". 


Todos quiere pertenecer a este selecto club " y pidieron a Monipodio que desde luego les concediese y permitiese gozar de las inmunidades de su cofradía, porque su presencia agradable y su buena plática lo merecía todo". 
Quien esta fuera de este club esta expuesto a las iras y a la miseria, solo los que acceden al patio son beneficiados por Monipodio, el ladrón por excelencia, eso si, gente " buena y santa, pues hace que los ladrones sirvan a Dios".

Fuera, en la calle, la indignación, legitima y totalmente comprensible de un pueblo que clama contra su gobierno que ejerce el nepotismo de una manera vergonzosa. 

Jóvenes privados de futuro, a los que se les impide el acceso a la educación, ancianos a los que se les recortan las pensiones, parados sumidos en el olvido, enfermos a quienes se penaliza su enfermedad, mientras, en el patio de Monipodio, se reparten ayudas a la banca, se coloca gratificantemente a los afines al "gran ladrón" y se despilfarra en sueldos de película a mangarranes que solo sirven para calentar el "banco de tres pies".

La opinión de los españoles, con respecto a sus políticos, no es gratuita, es fruto de una larga lista de corrupciones generalizadas, de parámetros de golferio extremadamente altos.

Cuando en un país solo se libran de la lluvia y se llenan los bolsillos los que están en el patio, mientras los demás sufrimos sus robos y tropelías, es cuando el templo de la democracia, se convierte en el patio de Monipodio.
Eso si " debe de ser buena y santa, pues hace que los ladrones sirvan a Dios. 




1/9/13

Burgos en los zapatos


Para @Jarrinma, con cariño

Las ciudades se humanizan con sus gentes, pero se regeneran día a día con sus soledades, con sus silencios. Ruidosas a ratos, silenciosas y recoletas otras. Sin figuras humanas, también son hermosas.
Pasear entre sus piedras, al susurro de la historia que desprender y colgarnos en sus brazos como el que se siente solo entre tanta grandeza.
Que no sean mis palabras, interesadas y huecas, si no la de algunos poetas que arrebatados por su belleza, trataron de plasmar en sus versos un poco de su autenticidad.
Acompañame es este recorrido, por mi ciudad, amada y denostada. Descubriremos sus entrañas, el marchito musgo de sus nobles piedras y  la nobleza de sus gentes que presumen de nobleza e hidalguía, que si te dan su palabra, te dan su vida.




Paseo del Espolón



 Olmos del Espolón que casi presos
están de hielo en el espejo-rió,
calles que llevan el camino mio
y van a donde voy; arcos ilesos
Callejones, solanas y plazuelas
que conocen el roce de las suelas
de mis zapatos cuando las paseo

              R.Fernandez Pombo




Puerta de Santa María




Si cruzo Santa María
no paso ninguna puerta,
que esta la ciudad abierta
al amor de cada día.
Mejor que puerta , diría
brazos que, de par en par,
se empeñan en abrazar
en efusión que retiene
a quien hasta Burgos viene
como quien viene a un altar.
R.Fernandez Pombo


Casa del Cordón

El cordón franciscano, humildemente
ciñendo a la casa la cintura..
La elegante y cabal arquitectura
humanizada franciscanamente
R.Fernandez Pombo




Catedral de Burgos



Tengo a mis pies el rió y la arboleda
La piedra cincelada.
Agujas y Crucero, frente a frente.
En el encanto de la tarde leda,
la ciudad desposada
-novia de ensueño-con el sol poniente.
Burgos; la catedral transverberada
al rojo contraluz del sol poniente.

       Bonifacio Zamora




 
Llana de adentro




 Llana de adentro, llana de afuera. Suelo llano,
rincones y menudas
plazuelas empedradas de guijarros.
Aquí Burgos dormita , aquí envejece.
Y la historia recuerda unos palacios
reales, que no son, pero que fueron 
cuna de la niñez de un obispado.

   Bonifacio Zamora


Llana de afuera



Llanas, Paloma, Pozo.... Todas caben
calles de Burgos que de sobra saben,
liricamente, del pie que cojeo...

Rafael Fernandez Pombo





La Flora (Huerto del Rey)

Por el huerto del Rey, juegan las niñas
a la rueda, a la soga -baile y salto-.
Por el huerto del Rey, juegan los niños,
juegan al marro.

Bonifacio Zamora
  


Monasterio de las Huelgas
Aquí quedo Castilla eternizada
y la ojiva fue rosa transparente,
engarzando el ayer con el presente
en brazos de la gloria y de la nada.
C. Frühbeck


Cartuja de Miraflores


Aquí la voz del viento es melodía
que engarza su andadura entre los pinos.
Aquí van hacia Dios nuestros caminos
y mana el corazón melancolía
Campana y oración son armonía
que un pájaro acompaña con sus trinos
y rezos penitentes y divinos
se funden con el pan de cada día.

          Carlos Frühbeck