20/9/11

DRY Burgos




Si algo me gusta de esta ciudad, es pasear entre los emparrados plataneros del Espolón o entre la frescura decadente del paseo de la Isla.

Esta ciudad que me mata y me da vida a la vez me atrapa de tal manera entre sus calles, que raro es el día que no me doy un largo paseo, recreándome en el frescor en verano y en la nostalgia del otoño, cuando las hojas se precipitan al suelo ante el mínimo asomo de una ligera brisa que anuncia las tardes cortas y el aroma de castañas asadas.

Burgos de pocos cambios, gris y aburrido cabizbajo a pesar de su nobleza, se ve últimamente adornado por la presencia de un puñado de valientes. Tal vez los que como yo paseáis, no habéis reparado en ellos. Es difícil ya que ni dan gritos reivindicativos, ni despliegan pancartas de vistosos colores. Solamente colocan su mesa al resguardo del viento, de la lluvia o del sol, alrededor de la plaza Mayor y recogen firmas solidarias con su mejor sonrisa. Firmas para nuestra dignidad.

Yo que presumo de ser un buen observador, veo que siempre son los mismos y me da pena, pero no de ellos, de mí y de muchos como yo que sabemos que tienen razón, que les sobran motivos y coraje pero no nos atrevemos a dar el paso, a ofrecerles nuestra ayuda o simplemente a mostrarles nuestro reconocimiento.

No dudeis de que si vuestra lucha desemboca algún día en una idea apetecible, aparecerán nuevos adeptos, que solapadamente se dejaran ver, os darán las gracias por los favores prestados y una elegante patada en el culo, si sigue siendo un sueño ilusionante allí estaréis los de siempre soportando las extremas condiciones climaticas de esta ciudad.

Pero esta es vuestra grandeza, ese es vuestro poderío, sois jóvenes, tenéis ilusión y lo más importante, tenéis la razón.

Yo conocí a viejos democratas que esta ciudad se jugaron el pellejo repartiendo octavillas a escondidas  , confeccionando proclamas en las viejas máquinas  ciclostil, que había que tender para que no se corriese la tinta en condiciones precarias y financiados a escote. Llegaron los escaños y los posmodernos, empezaron a aparecer en las calles de las ciudades que se abrian a la esperanza y en las que ya no apaleaban los guardias. Se enfundaron  sus trajes de alpaca y con sus peinados engominados se hicieron los amos del cotarro.

Esto suele pasar en este país, pero aun sabiendo esto continuáis con vuestra labor y esto os engrandece,  sabéis que no hay sueldo ni elogios ni aplausos, solo críticas, pero seguís trabajando.
Gracias por ello y por vuestra constancia en una lucha que es la de todos.

2/9/11

LOS TIEMPOS QUE CORREN




Está sucediendo en España, lo que jamás creía que volviera a ocurrir, socialistas serviles, reciben con entusiasmo casi desmedido al Papa, al que sin duda le pedirán una bendición, y se pelean por ocupar los asientos de preferencia.
Estos socialistas que tal vez quieran callar su mala conciencia, lanzan a la calle a los poderosos policías antidisturbios, para acallar las voces de los indignados, laicos y ateos, para proteger a las legiones de Quico Arguello, no sea que se ofendan ante la razón de los que no quieren financiar las juergas de estos jóvenes apóstoles de la noche madrileña.

La sinrazón se ha instalado en el gobierno Zapatero, la calle clama indignada contra los recortes sociales y ellos con el beneplácito del católico “Pepiño” y del ultramontano Bono, ante la mirada entre tontuna y estúpida de un presidente que pinta menos que un palo, ellos en vez de escuchar la razón y los clamores de quienes supuestamente les pueden votar, se lían la manta y les ahostian en sol, no sea que los niñatos de las JMJ se sientan ofendidos.

No me preocupa el papa, jefe de un estado dictatorial y anacrónico, ni su aliado en España Rouco Varela, ni los miles de follarines de todo el mundo que han tomado al asalto Madrid como si fuera el coto de sus papás, ni la cantidad miserables que utilizan estos eventos para hacer creer al mundo que este país es profundamente católico. Me preocupa la estupidez de los gobernantes que tenemos, serviles, arrastrados e indignos, que no tienen la vergüenza de cortar las alas a un señor al que se le recibe como a un jefe de estado, pero les da tralla, ofendiendo la autonomía del pueblo español y regañándoles como a niños traviesos.

España es un orgasmo, un orgasmo clerical, que solo se preocupan de dar una imagen pulcra de la iglesia, mientras curas pederastas siguen amparados por ella, párrocos chorizos se llevan las imágenes de valor , provocando la cólera de sus parroquianos, niños que se mueren en Somalia sin recibir de nadie y menos de la iglesia católica ayuda ni respeto. Es mejor enseñar a unos jóvenes bien cebados con risa floja, ademanes de lelos y cantos ridículos, que los ojos suplicantes de madres que ven morir a sus hijos en sus brazos, agarrados a unos pechos secos y estériles por el hambre.

Señor Benedicto, allí está la labor de la iglesia, allí y no en Madrid, donde no le va a faltar de nada, yo creo en Cristo, amoroso y dedicado a los demás, con sandalias y túnica pobre, desprendido y generoso, pero me cuesta creer que Pedro fundase una iglesia de charol, donde los cardenales son príncipes que viven rodeados de lujos y confort, donde es más importante la apariencia que la realidad. Se acuerda de aquello de “sepulcros blanqueados, blancos y bellos por fuera pero en su interior no albergan más que corrupción y miseria “ pues eso, a leer más la biblia y a defender los derechos de los hombres, la verdad y la razón, no la postura inmoral de una iglesia adocenada en la burocracia y en las sotanas de diseño.